Londres, 5 jul (Prensa Latina) La Folger Shakespeare Library reabrió sus puertas y ya está disponible al público, luego de trabajos de ampliación llevados a cabo por más de cuatro años.
Dicha renovación de la biblioteca londinense, la cual demandó una inversión de 80 millones de dólares, fue dirigida por Kieran Timberlake, conocido por su diseño de la Embajada de Estados Unidos en esta capital.
El proyecto añadió tres mil 600 metros cuadrados de espacio público, con una galería de exposiciones construida en torno a la pieza central simbólica de la colección: los 82 Primeros Folios de Shakespeare, la publicación de 1623 que es uno de los libros más buscados e importantes de la historia.
Los objetos se convirtieron en reliquia del pasado de la biblioteca cuando sus fundadores trataban de demostrar su celo bibliográfico y su devoción por el Bardo, comprando tantos ejemplares como podían de la primera edición de sus obras, las cuales ahora, por primera vez, se exponen al público.
El Folger posee la mayor colección global de material de Shakespeare y también el compendio más grande de First Folios.
Se trata de un centro de estudio del mundo moderno temprano, el período comprendido entre el siglo XVI y principios del XIX que nos dio no solo a Shakespeare, sino nuestras ideas esenciales sobre raza, identidad, capitalismo, vida pública y entretenimiento, apuntó la biblioteca.
El Gran Hall de la Folger Shakespeare Library solía ser un espacio oscuro, con altas ventanas cubiertas para evitar daños a los libros y documentos raros expuestos allí, señaló la institución.
Las únicas partes del edificio a las que tenía acceso el público eran el vestíbulo y el teatro adyacente, y ninguna de ellas era acogedora; mientras, las multitudes se agolpaban en el pequeño pasillo dirigido a la sala durante los intermedios, describió el centro.
Pese a la programación regular de exposiciones de primera categoría, el Gran Hall solía estar vacío y muy lúgubre, añadió.
Sin embargo, hoy la luz entra a raudales, iluminando los intrincados paneles de madera del Gran Salón, el ornamentado techo de escayola y dos curiosos sellos, uno de ellos, el escudo de Isabel I. Tras la renovación y ampliación de más de cuatro años, el Folger cuenta ahora con un espacio de exposición designado con iluminación subterránea regulada, mientras, el Gran Salón se utilizará para espacio social, eventos y cafetería.
Esta semana volvió a recibir a visitantes y se considera un inmueble capaz de servir a su misión principal de erudición, pero con un acceso muy ampliado a los usuarios.
Desde el punto de vista simbólico, el Great Hall de estilo Tudor representa una importante etapa dentro de las artes en este país.
Significa, además, no solo la presunción de su creador estadounidense, Henry Folger, de ser un administrador de la cultura anglosajona, sino la esperanza de que el autor de disímiles dramas, como «Romeo y Julieta» y el centro Folger entretejan la vida política, cívica y cultural de esta nación en una unidad armónica y erudita.